¿Qué es un almacén exterior?
Un almacén exterior es una zona de almacenaje abierta por 2 lados o más, donde no se puede controlar las condiciones ambientales.
Características de un almacén exterior
La principal característica es que no dispone de tejado ni 2 o más paredes. Esto supone no poder controlar la humedad y temperatura de los productos, por lo que se destina a almacenaje en contenedores aptos para exterior, como contenedores marítimos o remolques de camión.
Ventajas de un almacén exterior
- Facilidad de acceso para el transporte: Los almacenes logísticos exteriores están diseñados para permitir el acceso de vehículos de transporte, lo que facilita la carga y descarga de productos. Además, al estar ubicados en zonas cercanas a carreteras y rutas de transporte, ofrecen una mayor facilidad y rapidez en el envío y recepción de mercancías.
- Coste de la instalación: Un almacén exterior puede ofrecer espacio de almacenamiento adicional que de otra manera no estaría disponible en el interior de una empresa o negocio. A menudo, el alquiler de espacio de almacenamiento adicional en el interior puede ser costoso, mientras que el espacio de almacenamiento exterior es generalmente más asequible.
Inconvenientes de un almacén exterior
- Menor seguridad y protección: A diferencia de los almacenes interiores, los almacenes exteriores ofrecen menor seguridad y protección para los productos almacenados, ya que no cuentan con sistemas de vigilancia y control de acceso tan avanzados. Además, al estar ubicados en espacios abiertos, están más expuestos a robos, vandalismo y otros daños externos.
- Dependencia de las condiciones climáticas: Como se mencionó anteriormente, los almacenes exteriores están expuestos a las condiciones climáticas del entorno, lo que puede representar un inconveniente para productos que requieren de un ambiente controlado. Además, las condiciones climáticas adversas pueden afectar la calidad y estado de los productos almacenados, especialmente en zonas con climas extremos o variables.
Ejemplos de almacén exterior
Un almacén exterior que puede servir de ejemplo son los depósitos de contenedores marítimos que vemos en los puertos. Allí se almacenan contenedores que son capaces de soportar cualquier tipo de inclemencias metereológicas.
Otro ejemplo son los almacenes de residuos abiertos, donde se apilan desperdicios. En ocasiones no es necesario protegerlos de las condiciones meteorológicas, por lo que los almacenes exteriores son una buena opción.
Almacenes cubiertos
Un almacén cubierto es un intermedio entre interior y exterior. Dispone de techo pero paredes abiertas a los lados. Si bien es cierto que protege en gran medida de la lluvia, no permite controles de temperatura y humedad.
Se usan sobre todo en la agricultura, donde interesa secar ciertos productos, como por ejemplo la paja, y no tener paredes ayuda a tener una corriente de aire que ayuda al secado. Esta característica, junto con su coste más económico, los hacen ideales en sitios donde no se necesite temperatura controlada pero si cierta protección de la lluvia.
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